viernes, 20 de diciembre de 2013

Por qué el estrés hace ganar peso

Una situación estresante impulsa a a comer aquellos alimentos llamados "de recompensa". 
El 40% de las personas incrementa su consumo de alimentos calóricos en situaciones de estrés y nerviosismo, según aseguran el coordinador del Grupo de Trabajo de Obesidad de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), Albert Lecube, y la secretaria general de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO), Susana Monereo.

El estrés, explicaron, funciona como un ritmo circadiano e interactúa con otros sistemas para regular una gran variedad de funciones endocrinas, inmunológicas, metabólicas y cardiovasculares. Así, más allá de la influencia que pueden tener los niveles de insulina, el estrés produce la activación del eje hipotálamo-hipofisario-glándula adrenal, favoreciendo la producción de corticoides por las glándulas adrenales. De hecho, en el cerebro hay receptores para esta hormona que al ser estimulados actúan como factores de transcripción o regulando la expresión de algunos genes.

"El estrés es una causa de ganancia ponderal. Cuando estamos en una situación estresante tenemos tendencia a comer aquellos alimentos llamados de 'recompensa', que son los que nos dan un mayor placer, ya que son ricos en azúcares y grasas", señaló Lecube, para advertir de que la población de mayor riesgo son los niños y adolescentes debido a que su cerebro no está del todo desarrollado y, por tanto, adquieren unos hábitos alimenticios que, en un futuro, pueden provocar sobrepeso u obesidad.

Ahora bien, la secretaria general de SEEDO ha recordado que los alimentos calóricos sólo producen un "bienestar" por un periodo corto de tiempo, por lo que cuando una persona está estresada y consume compulsivamente comida de alto contenido graso para "paliar" su estrés, a los pocos minutos de dicha ingesta vuelve a padecer ese nerviosismo.

"El mejor tratamiento es el orden, comer bien, no estar todo el día picando, dormir adecuadamente y practicar diariamente ejercicio", indicó Monereo, para recordar que el 62% de la población española tiene problemas de peso y que, de ellos, el 22% padece obesidad. En este sentido, la especialista ha rechazado las llamadas "dietas milagro" ya que este tipo de alimentación "acaba siempre en obesidad".

El coordinador del Grupo de Trabajo de Obesidad de la SEEN precisó que aquellas personas que, inicialmente, antes de sufrir el estímulo estresante, tienen sobrepeso u obesidad leve son más propensas a incrementar su ingesta calórica y, por ende, su peso. Por el contrario, aquellas con un peso inicial de normalidad o con bajo peso suelen responder a las situaciones de estrés no modificando su ingesta.

"Estas observaciones permiten sugerir que la diferencia entre unos y otros que justificara esta distinta respuesta podrían ser las concentraciones de insulina, mayores en aquellos con mayor índice de masa corporal", recalcó Lecube, quien, asimismo, expuso que los padres que están estresados se lo suelen contagiar a sus hijos provocando que éstos coman más alimentos calóricos y azucarados.

sábado, 7 de diciembre de 2013

El café mejora la circulación sanguínea de los vasos pequeños

En estudios anteriores se ha observado una relación entre el consumo de café y la mejora de la función arterial. Ahora, un estudio realizado en Japón indica que la cafeína también puede influir en la circulación sanguínea de los vasos pequeños. Este estudio se ha presentado en las sesiones científicas de la American Heart Association de 2013.

Los investigadores (Universidad de Ryukyus, Okinawa) pidieron a 27 participantes (con edades comprendidas entre los 22 y los 30 años), que normalmente no consumían café, que tomaran una taza de café normal o descafeinado. Dos días después, se les pidió que consumieran el otro tipo de café. Los investigadores y los participantes no sabían qué tipo de café se estaba consumiendo en cada momento.

Las mediciones posteriores pusieron de manifiesto un aumento del 30 por ciento de la circulación sanguínea durante 75 minutos tras el consumo de café normal (con cafeína). La tensión arterial también fue ligeramente superior, mientras que la frecuencia cardíaca fue igual tras el consumo de ambos tipos de café.

Los investigadores creen que es posible que la cafeína abra los vasos sanguíneos y reduzca la inflamación. “Si determinamos el mecanismo de acción de estos efectos positivos del café, podríamos disponer de una nueva opción de tratamiento de las enfermedades cardiovasculares en el futuro”, señala el investigador principal Masato Tsutsui.
Así, en ciertas condiciones, el café podría ayudar al tratamiento de enfermedades relacionada con la microcirculación de las arterias.

Tópico a desmontar: el colesterol dietético aumenta el colesterol en sangre

Hace años, se afirmaba la relación entre el consumo de alimentos altos en colesterol y el medido en sangre, alertando sobre sus efectos card...